Recuerdo vagamente aquella ocasión en que mi jefe me dijo:
– Jesús, tengo un dilema que no sé cómo afrontar, como tú eres un tío con sentido común ¿te importa que te haga una pregunta?
Lo que me preguntó queda entre él y yo y sinceramente ya ni me acuerdo, lo que si perdura en mi recuerdo es la reflexión que hice para intentar entender porque alguien consideraba que yo era un tío con sentido común.
Si entendemos sentido común como la facultad para juzgar razonablemente las cosas. ¿Qué razones podría tener mi jefe para pensar que yo tenía sentido común?
Tras una profunda reflexión llegue a la conclusión que posiblemente fue un circunloquio para introducir una pregunta que de otra manera hubiera sido difícil formular, lo cual al mismo tiempo me confirmo a mí mismo que tenía sentido común y mucho tiempo para perder en reflexiones innecesarias.
Desafortunadamente hoy en día el sentido común está también en crisis, estamos en un mundo en el que se prefiere seguir lo que otros nos marcan sin razonar lo que hacemos, este humilde servidor te invita a que intentes razonar y tomar tus conclusiones antes de actuar, el miedo o la servidumbre no pueden servir de excusa para que no lo hagas.
Descartes ya lo expuso claramente con solo tres palabras: “Pienso luego existo”, no eres nadie para negar tu existencia y no pensar porque supongas que otro ha pensado por ti, pero tampoco eres nadie para pensar que lo que ha pensado otro no es razonable porque no coincide con lo que tú piensas. El sentido común te debería permitir encontrar un punto de equilibrio entre lo que quieren que hagas y entre lo que tú quieres hacer.
Escribiendo por no aburrirme
2 comentarios
Muy bueno, y además no has usado la frase… «El sentido común… El menos común de los sentidos… «
Autor
Ya me conoces me gusta hacer las cosas fáciles pero no seguir por defecto el camino más fácil