Ser freelance está de moda pero como todo en la vida tiene ventajas e inconvenientes.
Nos han inculcado desde pequeños la importancia de tener trabajo hasta tal punto que tendemos a pensar que el trabajo nos lo tienen que dar y que no lo podemos generar nosotros mismos.
Veo muchas similitudes entre la visión que la sociedad tiene del trabajo por cuenta ajena y por cuenta propia y la compra de casas y el alquiler. La sociedad española ha ido fomentando una cultura de posesión que derivó en la creencia de que quien no tenía casa en propiedad no tenía nada, y todo el mundo lo creyó a pies puntillas hasta el punto de hipotecarse de por vida con las consecuencias que todos conocemos, pobre de aquel iluminado que vivía de alquiler que recibía sistemáticamente monsergas por doquier de aquellos que no entendían que pagara por algo que no era suyo, sin tener en cuenta que el que decidía vivir de alquiler lo hacía convencido del riesgo que suponía tener una supuesta casa en propiedad pero que de facto pertenecía al banco.
Con el tema del trabajo, la sociedad nos llevó al mismo desnivel entre trabajar para una empresa y trabajar dependiendo de uno mismo como autónomo o freelance. Casi nadie se paraba siquiera a pensar en la posibilidad de buscarse las habichuelas por sí mismo y se buscaba la seguridad de un empleo, supuestamente fijo para toda la vida, hasta que la crisis nos abrió los ojos y nos hemos dado cuenta que los trabajos no son fijos ni siquiera para los funcionarios, crucemos los dedos para que se frene la crisis porque no quiero imaginar lo que podría pasar cuando los funcionarios fijos empiecen a ser despedidos también.
En mi caso personal, después de casi catorce años en una empresa en los que la gente dejo de llamarme Jesús Vázquez para llamarme Jesús de Experian, de la noche a la mañana te das de bruces con esa realidad y debes meditar como abordar tu futuro, a pesar del consabido tiempo perdido en temas burocráticos y del hecho de recibir rápidamente algunas ofertas, mi decisión fue clara y preferí lanzarme a la aventura de ser consultor freelance, pero que ventajas y que inconvenientes tiene ser freelance:
– Ventajas de ser freelance:
- Tú decides como administrar tu tiempo.
- Puedes trabajar para varias empresas o particulares a la vez.
- Puedes emprender tus propios negocios.
- Puedes fijar tus propios precios.
- Puedes elegir si te interesa hacer un trabajo o no.
- Nadie puede mandarte a trabajar a la Conchinchina si tú no quieres.
- Si quieren que trabajes a horas intempestivas lo harás por qué quieres y a un precio justo.
- Puedes desgravarte la compra de algunos bienes necesarios para tu trabajo pero que en muchos casos también los necesitas para tu vida normal.
- Puedes trabajar la mayor parte del tiempo desde tu casa.
- Tienes más facilidades para hacer actividades que antes no podías hacer por las limitaciones de un horario laboral estricto.
- Si las cosas no funcionan pasado un tiempo siempre puedes volver a trabajar por cuenta ajena pero con una perspectiva mucha más amplia.
– Desventajas de ser freelance:
- Se requieren demasiados trámites administrativos, y mientras consigues tener una masa de clientes no puedes permitirte un asesor y puede que para cuando puedas como ya has creado el hábito ni te lo plantees.
- Hay que buscar a los clientes y desarrollar dotes comerciales, todos sabemos que es más difícil venderse uno mismo que vender los productos o servicios de una compañía para la que trabajas.
- No tienes un equipo comercial que haga las ventas por ti, lo que implica que no todo tu tiempo es productivo.
- Tu tiempo de trabajo es finito y hay que aprender a poner un límite, el control del tiempo de trabajo es vital para no caer en una espiral estresante.
- Hay que formarse mucho más que trabajando para una empresa, pues de ese conocimiento adquirido puede depender una venta.
- Hay que crear una marca personal y mantenerla, para ejemplo esta web y la creación de perfiles en redes sociales.
- No tienes la seguridad de tener un sueldo mensual, habrá meses con picos de ingresos y meses en los que puedes no facturar nada.
- Salvo que encuentres muy buenos clientes lo normal es que cobres con retraso tus facturas y si tienes problemas a la hora de cobrar puede afectar muy negativamente a tu día a día, además es importante establecer un control muy estricto de los cobros y pagos.
- No tienes vacaciones formales pero eso no implica necesariamente que tengas menos días de vacaciones.
- Puede haber picos de enorme trabajo y momentos sin nada que hacer.
- Puede ser difícil evitar trabajar algunas horas en fines de semana en momentos puntuales de sobrecarga de trabajo.
- Hay que fomentar una red de contactos profesionales, bueno esto también puede ser visto como una ventaja, te dejo elegir dónde colocarlo.
Con seguridad me dejo algo en el tintero pero ya se me ira ocurriendo a medida que evolucione mi vida como freelance, y en cualquier caso, si se te ocurre algo que he dejado al margen, te agradecería que usaras los comentarios para ayudarme a complementar este artículo.
Escribiendo por no aburrirme
1 comentario
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