Jesús, ¿hay que seguir el procedimiento? ¿Cuál: el del año pasado, el de hace seis meses o el nuevo que estamos formulando? Pues los tres….
Está podría ser una conversación tipo de mis últimos años en Experian, sin ninguna duda solo hay una cosa peor que no tener un procedimiento es tener tantos que seguir las pautas te lleve a no poder hacer lo realmente importante: el trabajo o tarea que se intentar regular.
Yo siempre he intentado ser una persona práctica, creativa y lo más eficiente posible y tengo muy claro que seguir un procedimiento es necesario para lograr simplificar y estandarizar tareas, en el momento que causa que sea más complicado seguirlo que la realización de la tarea en sí, ese procedimiento debería ser cambiado u obviado.
Hoy en día se inventan procedimientos para todo, yo que aprendí programación usando el lenguaje PASCAL, me quede con la copla de que los “PROCEDURE” servían para agrupar una serie de acciones relacionadas entre sí de manera que los códigos se simplificaran y se reutilizaran. ¡Qué lástima que los encargados de definir los procedimientos no aprendieran este simple axioma!
Si en tu día a día en el trabajo dedicas más tiempo a seguir tareas accesorias de un procedimiento que a realizar el trabajo que realmente tienes que hacer no me cabe duda que una de dos: tendrás que hacer horas extras por lo comprometido que estas con tu trabajo o no entregaras el trabajo a tiempo porque otro procedimiento previo fijó que tu trabajo debería llevar un tiempo sin tener en cuenta el procedimiento que tenía asociado.
Para concluir esta disertación os dejo una frase que suelo decir y que dudo que podáis refutar: “Los procedimientos y los planes de proyectos están hechos para no ser cumplidos pero hay que hacerlos y seguirlos para saber que no los hemos cumplido”.
Escribiendo por no aburrirme